dc.description.abstract | Centroamérica es una región en la que el 49.56% del total de la población son mujeres. Guatemala es el país más poblado (16.9 millones) y con la tasa global de fecundidad más alta en la región (3.3).1 La región se caracteriza por grandes desafíos en el ámbito social, tales como altos niveles de pobreza y desigualdad, así como el incremento de la migración hacia el norte y la violencia social, con algunas diferencias por país. Una de las principales consecuencias de la desigualdad es el incremento de la migración, así como la inseguridad ciudadana y el crecimiento del crimen organizado y narcotráfico. Las niñas y mujeres migrantes centroamericanas están expuestas a una gran variedad de riesgos, que incluyen la explotación, la violencia de género y la falta de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva. 3 de los 7 países de Latinoamérica que penalizan absolutamente el aborto están en Centroamérica. En Nicaragua, Honduras y El Salvador las leyes penales imponen penas de prisión a las mujeres que consientan la interrupción de un embarazo bajo cualquier circunstancia y, desde 2008, en Honduras también se prohíbe y sanciona el acceso a la anticoncepción de emergencia. En el caso de Guatemala, Panamá y Costa Rica, su legislación permite de manera limitada el aborto cuando la continuación del embarazo represente un riesgo para la vida de la mujer. En el caso de Panamá, su legislación permite también el aborto cuando el embarazo es producto de violación y en Costa Rica cuando la continuación del embarazo pone en riesgo la salud de la mujer. Sin embargo, en la práctica las mujeres enfrentan barreras institucionales para acceder a este servicio de salud socialmente estigmatizado. La penalización absoluta del aborto ha generado un ambiente de persecución y criminalización de las mujeres en situación de aborto o durante la atención de emergencias obstétricas | es_ES |